Edi 246
Ya se va acabado esta temporada llena de sucesos
importantes, como todos los años, algunos para olvidar, y otros para acordarse
toda una vida. Este año además se recordará por el de cuando se repitieron las
elecciones, o porque fue el del juicio de la Gurtel y las tarjetas Black, (casi
todos altos cargos del PP y sus compinches),
por el del desastre del PSOE, por la vuelta de los toros a Barcelona,
por el de prohibición del Toro de la Vega, por el intento de prohibir la
tauromaquia por parte de Podemos y otros partidos nacionalistas y antisistemas,
por el de las prohibiciones taurinas. Este año muchos ayuntamientos y alguna
institución comunitaria se han atrevido a prohibir en sus demarcaciones las
tradiciones del pueblo, sus toros embolados, sus toros en cuerda, sus toros
cerriles, etc… han estado cometiendo atropellos ante las libertades de los
aficionados de forma continua. Y no solo en los toros, también en tradiciones
tan antiquísimas como el tiro y arrastre o el impedir que los caballos y otras
especies salgan desfilar en las cabalgatas y en mercados medievales. También
han realizado consultas ilegales que después han manipulado a su albedrío. ¿Pero
de qué van estos políticos de turno, falsos animalistas que promueven el
independentismo separatista?
Y todo esto lo hacen sin fundamente legal, sin hacer caso a
las Leyes de protección de la tauromaquia, porque quieran o no, por más que se
manifiesten y chillen, los toros son cultura en mi país, lo dice la Ley.
Total, un mal año lleno de sueños infernales de los cuales
hay que despertar, nos tenemos que venir arriba como los toros bravos,
sublevarnos con las herramientas que nos ofrece la democracia y preparamos para
el asalto a las instituciones. Si de verdad queremos defender toda nuestra
historia, nuestras raíces nuestras tradiciones, etc. debemos pensar y
concienciarnos que dentro de dos años podemos estar sentados en los
ayuntamientos, las Diputaciones, Las Cortes, Las Juntas, etc. Y cambiar estas
normativas, decretos y leyes que han modificado un grupo de oportunistas que
han tenido su minuto de gloria y, enviarlos al paro y al gallinero.
Esto que escribo hoy no es una utopía, es una realidad
palpable que se tiene que llevar a buen puerto, y os explico el por qué: España
es 90 % de espacio rural, y el 30% de la población es ruralista y amante y
defensora de sus tradiciones, ya sea la caza, la pesca, los caballos, los
toros, los galos de pelea, las palomas, la cetrería, los perros, etc… ese 30%
representa más de 10.000.000 de votos posibles. Capaces de derrocar a un
gobierno. Personas que están cansadas de ver como pisotean sus derechos,
libertades y tradiciones arraigadas en sus entrañas, personas que interpondrían
sus aficiones a sus ideologías. Personas a las que no hay que convencer porque
ya están convencidas a sí mismas de los que quieren. Sólo hay que indicarles el
camino y explicarles que es posible defender la ruralidad, el mundo agro y las
tradiciones del pueblo. Para ello hace falta la implicación de todos los
sectores nombrados, y principalmente la de sus representantes en forma de
entidades federativas o asociadas. Dejarse de correr por las bandas
fotografiándose con políticos que dicen abiertamente que quieren acabar con
nuestras tradiciones o que cambian de camisa según el pueblo donde gobiernan.
Dejarse de demagogias y rechazar sus regalos y limosnas que solo hacen que
hipotecarnos con ellos por los favores recibidos. Y todo esto lo hacen con una sola
intención, la de camelar a los distintos sectores, que puedan dividirnos,
tranquilizarnos, y conseguir para ellos el mayor número de votos.
“Ha llegado la hora, y si queremos, en
dos años podemos estar sentados en los ayuntamientos, Diputaciones y Cortes
Comunitarias cambiando las leyes a nuestro favor”
Mirar hasta donde llega la hipocresía de los actuales dirigentes
valencianos, todos, y cuando digo a todos es a PP, PSOE, Ciudadanos, Compromis,
Podemos, IU, etc, que hasta han creado y aprobado este mismo mes en Cortes un
decálogo de los Derechos de los animales, donde se plantean el prohibir
cualquier uso animal en cualquier ámbito que no sea el de las mascotas, pasacalles,
exhibiciones, circos, y toros todos los que puedan sin alborotar demasiado al
gallinero aficionado, etc, pero ojo, a estas, a las mascotas, hay que caparlas
y esterilizarlas, o sea mutilarlas y cortar de raíz su instinto natural de
poder procrear, antes de venderse. O sea, que juegan a dioses.
El que no lo quiera ver allá él, pero que no me arrastre a
mí o a un millón más, que no hay problema, que ya se arrimará cuando vea que
esta es la única forma de sobrevivir, porque será bienvenido. Que sólo desde
las instituciones se pueden lograr las cosas, que lo demás es demagogia y política
barata. Que al toro lo han politizado ellos con las leyes que les hemos dejado
hacer porque nos han engañado como a niños con unos caramelos.
Pero ahora nosotros queremos jugar con las mismas armas que
ellos, el dialogo y las leyes. Nos hemos dado cuenta de su juego y nos vamos a
sentar en la mesa con las mismas cartas. ¿Y sabéis que? Que nosotros somos más,
que estamos más unidos de los que pensamos nosotros mismos, que no estamos
solos, que somos millones. Así que, representantes que tenéis la posibilidad de
cambiar esto, poneros a pensar en qué preferís, si hacerles el juego por una
miaja de cosas conseguidas que si cambia la tortilla podéis perderlas en un
minuto, o ir despacito pero con una masa detrás que pueda apartarlos y ser los
que gobernemos nuestro destino.
Anatur, Acción Natural Ibérica, puede ser la solución al
problema. En la revista del mes de noviembre se publicará un reportaje sobre
este partido, sus fines, sus ideas, sus estrategias, y con los sectores y
grandes entidades que ya se han involucrado en el proyecto.
La frase: El pueblo siempre tiene razón, y el destino lo
elegimos nosotros.
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