La Versión humana más miserable



E-241 

La Versión humana más miserable

Hay veces que no me sale ni una palabra cuando quiero hacer
el editorial, o tal vez lo que no quiero es escribir lo que pienso y siento. Y
este pasado mes ha sido de los de estos. La voracidad con la que recibimos la
información en la actualidad hace que sea caduca a los pocos días, y en el
plazo de un par de semanas ya ni nos acordamos, solo espero que no nos hayamos
olvidado, ni nos olvidemos jamás, de los insultos a Víctor Barrio y a su
familia tras su trágica muerte. Me he contenido lo indecible por no soltar la
rabia que me ha producido tanta miserable basura antitaurina, antisocial,
antisistema y, antihumana sobre todo, que aunque no tengan que ser lo mismo,
van unidos de la mano porque se utilizan suciamente en común para beneficiarse
unos y otros. Los humanos llevamos el odio en nuestro interior por naturaleza.
La bajeza anti-humana de estos indeseables personajes ha llegado a un límite
que ya no se puede aguantar, y los políticos que no son tontos han salido a la
palestra a sacar pecho y prometer y prometo…, bueno, todos no, solo algunos. Y
los que ayudan y financian a estos antis-no sé qué, esos menos, ni han asomado
el morro. De haber sido ataques contra otros colectivos más votables hubiesen
puesto el grito en las estrellas.

Yo recibo muchos mensajes ofensivos, los guardo por si acaso
algún día, pero jamás respondo de la misma manera violenta. Se descalifican por
sí mismo. Solo espero que de verdad la política meta mano en este tema y les
marque una línea roja en la cara dejándole las cosas muy claras. Se acabó la
impunidad para estos desechos de escoria humana.

Cada vez que un aficionado o profesional muere por un toro,
se me parte el alma. Así literalmente. Se me cambia el humor y maldigo esta
afición. Pero jamás le echo la culpa al toro. Eso nunca. Después ya sabemos lo
que viene, la repetición de las imágenes en todas las televisiones, periódicos,
DVDs de cogidas, etc, más miserias humanas que buscan su minuto de gloria de
unas imágenes que han grabado con un móvil o cámara. Yo intento siquiera publicar
lo más mínimo de estos sucesos, porque no me gustan. Por ello mismo jamás hemos
publicado en portada una foto de cogida en esta revista, y si podemos la evito
en el interior si es o ha sido grave. Y si puedo, ni lo comento. Debo ser de
otra pasta, lo mismo que cuando veo por las televisiones en los noticiarios,
dentro del denominado horario infantil, solo imágenes de desastres, bombardeos,
mutilados, atentados, ataques terroristas y demás… se me pone el cuerpo malo e
intento apagar o cambiar la tele si hay niños delante, Y ya no hablo de cuando
son cogidas o muertes por toros, estas las repiten hasta la saciedad en todos
los programas habidos y por haber, como ha pasado con este último mes con
Víctor. Entonces, ¿En qué quedamos? ¿Prohíben los festejos taurinos en horario
infantil y después se recrean con la muerte de un torero o aficionado? Son unos
hipócritas sin ética ni principios.

Por otro lado los antis más activistas han vuelto a actuar
impunemente contra las tradiciones taurinas, y sí, son los mismos personajes
con nombre y apellidos. ¿Qué está pasando? Que entran por una puerta y salen
por otra, y de nuevo vuelven a las andadas. ¿Pero tan difícil es sacar una ley
que les prohíba manifestarse ni congregarse a menos de 500 metros de un evento
taurino? ¿Tan complicado es ponerles una pulsera de seguimiento a los
reincidentes y fichados, como a los condenados, para que no se acerquen a
ninguna plaza de toros? O lo que pasa es que no les interesa a los políticos
poner orden. Así les van allanando el terreno. Pero en esta ocasión se les ha
ido de las manos, y lo peor, es que ambos grupos pueden llegar en breve a las
manos. Aún no ha llegado el primer muerto, pero ya hay apuestas a ver que bando
será. No paran de provocar, se creen impunes, pero no son más que elementos
empujados a una causa inexplicable, en la que a alguno de estos se le irá la
olla algún día y cruzará la línea roja, o bien saltará a la plaza de toros con
uno vivo dentro, o buscará otra forma de llamar la atención y convertirse en
mártir de una causa sin retorno. Los animales sólo tienen los derechos de
servir a la especie humana, bien sea por alimentación, convivencia, o
utilización diversa, entre ellas, la de enfrentarse a ellos libremente.
La frase: “Siempre hay un límite para la tolerancia.”
Siguiente
« Anterior Post

Comentar con educación nos acerca al entendimiento. EmoticonEmoticon